1.Introducción.

Si aceptamos como intervalo cronológico de la historia de Roma el período que va desde que se instaura la República (más o menos, sobre el año 500 a.C.) hasta que el Imperio de Oriente desaparece bajo el empuje de los turcos (en el año 1453 cae Constantinopla, aunque ya hace mucho que el Imperio lo era sólo de nombre...) nos encontramos ante un período de dos milenios en los que el nombre de Roma ha estado presente en la primera fila de la Historia. Más o menos en la primera mitad de ese período el imperio romano ha sido un fenómeno mediterráneo, occidental y oriental a la vez, mientras que en su segunda mitad se transforma en un hecho solamente oriental, alejado de su centro de poder inicial, que evoluciona de muy diferente manera.

Podemos sentirnos tentados de decir que el fin del Imperio Occidental se asocia con el saqueo1 de Roma en el año 410 por Alarico, o en el posterior saqueo2 por los vándalos en el año 455, o que su auténtico final se produce cuando Odoacro (que sucede a Augústulo, el último ¿emperador? del Imperio Romano de Occidente) envía a Zenon, en Oriente, las insignias imperiales3 en el año 476..., pero en cualquier caso la decadencia del imperio romano había empezado mucho antes.

 

➊Ya hemos visto en otro trabajo4 de esta asignatura cómo, hasta el Siglo III, las cosas parecen ir bien para el Imperio. Incluso el problema sucesorio tiene en el mecanismo de adopción un refugio momentáneo. Sin embargo, las apariencias engañan, y debajo de la superficie del día al día se está gestando un cambio esencial. Así, vemos que la religión romana deriva totalmente hacia ideas orientalizadoras (cristianismo incluido), que el pensamiento filosófico, las artes en general y la literatura en particular entran en una etapa de decadencia5 en cuanto a que la creación es prácticamente un monopolio de las ideas griegas, sin una producción autóctona de relieve. Los aspectos políticos no tardan en resentirse de una situación general muy compleja, y tras la muerte de Marco Aurelio6 el mandato de su hijo Cómodo introduce un factor de conflictividad que abre la última etapa del imperio romano en occidente, que se ha convenido en llamar el Bajo Imperio. Tras Cómodo, el africano Septimio Severo aún consigue dar al imperio un aspecto de firmeza legal, pero tras él -empezando con su hijo Caracalla- el imperio entra en una época de constantes pronunciamientos militares. El emperador es elegido por el ejército y es depuesto por el ejército, un ejército en el cual teóricamente debe confiar, pero que en la práctica se convierte en un foco de rebeliones e inseguridad. Todo ello sucede en un momento en el que las incursiones de los bárbaros en las provincias fronterizas se hacen más importantes, y como el control del ejército se ha convertido en un asunto directamente llevado por el emperador -por miedo a rebeliones de los generales si se les daba mando sobre tropas numerosas- resulta que el emperador más que gobernar se dedica a batallar en múltiples frentes, con resultados administrativos y económicos fácilmente imaginables.

No hay que pensar en absoluto que esta situación es nueva en el Imperio. En realidad, desde el momento en que el poder se concentra en una sola persona, las dificultades para llegar a resolver todos los problemas del poder se multiplican irremediablemente. Así, las rebeliones militares y las incursiones bárbaras se hacen en cierta manera “consustanciales” a una extensión territorial excesiva para los medios de control y comunicación de la época. Unas fronteras muy grandes, unas comunicaciones muy extendidas, un ejército siempre bajo el control directo del emperador, los magistrados electos suplidos por funcionarios imperiales nombrados directamente, un descenso apreciable en la “romanidad” de los propios romanos,... van conformando las bases7 de la decadencia del imperio.

Hay un momento, a finales del siglo III, que presencia un intento de recuperación general en todos los órdenes llevado a cabo por el emperador Aureliano (270 d.C.) y más aún con Diocleciano (284 d.C.) Las reformas de este, aunque no todas exitosas, logran poner fin a lo que suele llamarse la crisis8 del Siglo III, y permiten al imperio prologar su existencia9 gracias a los cambios estructurales realizados y a la estabilidad administrativa y económica subsecuentes.

Pero Diocleciano siembra el germen de lo que será la partición del imperio, una situación ambivalente, ya que si bien por un lado lo debilitó, por otro permitió la prolongación en el tiempo de la parte oriental del mismo. Diocleciano10 adopta una nueva forma imperial de gobierno, la Tetrarquía11, que divide el imperio en cuatro partes12 regidas por dos emperadores Augustos en pie de igualdad (Diocleciano y Maximiano) y por dos emperadores Césares (Galerio y Constancio) dependientes de los anteriores, que se repartieron el control del territorio como puede verse en el mapa adjunto, suministrado por el consultor de la asignatura.

Esta partición de occidente vs oriente13, absolutamente lógica desde el punto de vista de minimizar las líneas de comunicación y agrupar sociedades semejantes (ya que no idénticas) no logra pasar la prueba de fuego de la sucesión imperial, y tras un período de guerras por la sucesión, Constantino14 vuelve a ostentar el poder imperial único. Reorganiza la división territorial15 estableciendo tres prefecturas del pretorio, la de las Galias, la de Iliria, Italia y África, y la de Oriente, subdivididas en diócesis que agrupan provincias (algunas de las ya existentes, otras de nueva creación) La división entre Occidente y Oriente queda así fijada definitivamente. Al frente de estas prefecturas, los Pretores actuaban como delegados directos del emperador, con amplios poderes civiles y, no tanto, militares. Constantino legaliza el cristianismo con el ¿mal16? llamado “Edicto de Milán”17 en el año 313 y el Concilio de Nicea en el 325, funda la ciudad de Constantinopla18 en el 330 y muere en el año 337. Tras unas décadas en las que no faltaron las complicaciones sucesorias y las guerras (con los persas...) y que presenciaron la expansión del legalizado cristianismo (puede destacarse la figura de Juliano “el Apóstata”, un último intento19 de frenar esa expansión, al menos en el ámbito oficial ya que no en el privado), a la muerte de Teodosio I20 “el Grande” en el año 395, el imperio se reparte entre sus dos hijos que, basándose en la división creada por Constantino, se ponen al frente de la parte occidental (Honorio, hasta el año 423) y de la oriental (Arcadio, hasta el año 408) La partición del imperio es ya un hecho21.

 

Hemos visto al principio de esta introducción cómo acabó el Imperio de Occidente medio siglo después de la partición, pero al de Oriente aún le quedaban mil años -no siempre esplendorosos- por delante. En el hilo conductor de la Historia, Roma es sustituida por Constantinopla, dos historias muy diferentes a partir de este momento.



NOTAS:

1GIBBON, E., “Histoire du dèclin et de la chute de l'empire romain”, pág. 926-933.

2GIBBON, E., obra citada, pág. 1042-1044.

3GIBBON, E., obra citada, pág. 1073-1076.

4VILCHES, J.C., “El esplendor del imperio”, en http://www.jvilchesp.es/historia/mr/imperio

5Podemos exceptuar a Apuleyo y su obra “La metamorfosis” una de las últimas grandes obras romanas escritas en latín.

6En una famosa carta de Flaubert a Madame Edma Roger des Genettes, en 1861 aproximadamente, leemos que “Les dieux n’étant plus et le Christ n’étant pas encore, il y a eu, de Cicéron à Marc-Aurèle, un moment unique où l’homme seul a été.” Es un buen resumen de la situación religiosa del momento, la transición entre el final del mundo grecorromano y el principio “en serio” del cristianismo... la cita se hace famosa cuando Marguerite Yourcenar la usa en sus “Memorias de Adriano”... http://flaubert.univ-rouen.fr/correspondance/conard/lettres/61b.html (al final de todo)

7GRIMAL, P., “Historia de Roma”, pág. 112-113

8MANGAS, J., “Historia Universal. Edad Antigua. Roma” Tiene todo un capítulo titulado así, “La crisis del siglo III”, pág. 397-418.

9GRIMAL, P., obra citada, pág. 113-115.

10http://en.wikipedia.org/wiki/Diocletian

11MAYER, M., "Las claves del imperio romano, 754 a.C.-476 d.C.", pág. 93-96.

12MANGAS, J., obra citada. Dedica todo el capítulo XIII a Diocleciano y la reorganización del imperio”, pág. 423-438.

13Las reformas administrativas de Diocleciano: http://en.wikipedia.org/wiki/Roman_province#Diocletian.27s_reforms

14http://en.wikipedia.org/wiki/Constantine_I

15MAYER, M., obra citada, pág. 98-99.

16Diferentes autores dicen que no fue en realidad un Edicto. Por ejemplo, véase el libro de Ramón TEJA, “El cristianismo primitivo en la sociedad romana”, Ed. Istmo, Madrid, 1990, pág. 142-144, donde nos dice que “Este supuesto Edicto, que ningún autor antiguo ha conservado, nunca debió existir y posiblemente lo único que hicieron ambos fue acordar la política religiosa a seguir en base al desarrollo del Edicto de Galerio del 311...”. Consultable parcialmente en línea en http://books.google.es/books?id=BTZUKi2_OnwC&pg=PA142

Y en el mismo orden de cosas, Paul VEYNE, en “El sueño de Constantino. El fin del imperio pagano y el nacimiento del mundo cristiano”, Ed. Paidós, Barcelona, 2008, pág. 212-213, nos dice que: “...la tradición historiográfica ha elegido como límite fronterizo entre la antigüedad pagana y la época cristiana lo que se llama, impropiamente, el Edicto de Milán, fechado en el año 313, que no es un Edicto y no es de Milán”, reduciendo ese documento a una ampliación (mandatum) del Edicto de tolerancia de Galerio, del año 311. Consultable parcialmente en línea en http://books.google.es/books?id=ZaOZZOiQRcIC&pg=PA212

17http://en.wikipedia.org/wiki/Edict_of_Milan Puede leerse traducido aquí: http://textoshistoriadelaiglesia.blogspot.com/2009/09/el-edicto-de-milan.html

18http://en.wikipedia.org/wiki/Constantinople ; será casualidad, pero, igual que Roma, se construyó sobre siete colinas... puede verse el detalle en http://www.greatistanbul.com/hills.htm ; en la 5ª colina hay una iglesia/monasterio (hoy mezquita) llamada Theotokos Pammakaristos...

19Respecto a la pugna paganismo/cristianismo es interesante la siguiente recopilación de textos:

http://www.worldfuturefund.org/wffmaster/Reading/Censorship/Christian%20Intolerance.htm

20http://en.wikipedia.org/wiki/Theodosius_I ; Teodosio eleva el estatus de la religión cristiana, convirtiéndola en la (única) religión del imperio, tal como se recoge en su llamado Edicto de Tesalónica, dado en el año 380. El texto clave del edicto puede leerse en castellano en la dirección siguiente: http://es.wikipedia.org/wiki/Teodosio_I_el_Grande#Establecimiento_de_la_ortodoxia_nicena

Si se quiere la versión original latina puede leerse aquí: https://es.wikipedia.org/wiki/Edicto_de_Tesalónica

También es interesante leer una selección del Codex Theodosianus en el que se recogió ese edicto, entre otros:

http://www.fordham.edu/halsall/source/codex-theod1.html

21MAYER, M., obra citada, pág. 102