3.La helenización de Roma.

Ya hemos visto en la Introducción del trabajo que hacia el año 270 a.C. toda la Península Itálica está bajo el dominio de Roma. Tras las Guerras Púnicas, la política exterior romana se centra en Grecia y en el Oriente más cercano, y con la batalla de Pidna en el 168 a.C. Grecia -los estados/ciudades- deja de ser independiente1. Cabe señalar que durante todo ese tiempo de “conquista”, la política romana se ha caracterizado por una serie de altibajos en sus intenciones, unas veces parece defender la independencia de Grecia, otras veces hace exactamente lo contrario. No es más que otra de las manifestaciones de lo que se podría denominar el “realismo romano” en la defensa de sus intereses, capaz de adaptarse rápidamente a las circunstancias variables sin ningún tipo de conflicto ideológico interno.

➊En toda esta fase de las relaciones entre Grecia y Roma, que acabarán a la larga conformando una cultura grecorromana, la sociedad romana oscila entre dos polos opuestos. Por un lado, la tradición romana quiere mantener intactas las costumbres y virtudes que han conformado la historia de la República hasta el momento (Catón “el Viejo” sería un buen ejemplo de esta actitud) Por otro lado, los contactos con la cultura griega han iniciado una helenización de la sociedad romana, que poco a poco va adoptando ideas y costumbres griegas (No es de extrañar que sean los militares que han conocido Grecia de cerca los que empiecen en cierta manera esta helenización: Lucio Emilio Paulo, por ejemplo.) En el proceso de cambio de paradigma en muchos aspectos romanos, la lucha entre tradición y helenización se decanta por esta última, y de alguna manera Roma se considera a sí misma como la heredera del mundo helénico

Los cambios2 implicados en la helenización de Roma se manifiestan en múltiples aspectos: cambios en la educación, en la manera de ver la vida y de vivirla, en la religión, en el arte, en la arquitectura y el urbanismo,... aunque todos ellos son importantísimos3 y dignos de estudio, nos centraremos a partir de ahora en uno sólo de ellos, el campo de la educación, que en cierta manera será el que -a medio y a largo plazo- podrá llegar a influir y/o conformar los demás.

➋Podemos resumir los cambios en la educación romana aludiendo al cambio de contenidos (los tradicionales -legales, militares,...- se ven reemplazados por los filosóficos, retóricos) y a la estructuración de los mismos en tres grandes etapas4 (elemental, media y superior, sacando la educación del ámbito familiar, siendo impartidas esas etapas por el ludi magister, el grammaticus y el rhetor respectivamente) Muy resumidamente5, la forma tradicional de enseñanza romana, familiar -materna y paterna, posteriormente militar si era el caso- es sustituida en relativamente poco tiempo -no más de un siglo- por una adaptación de la paideia griega (preparación del niño para la culturizacioń personal en sentido amplio) al ámbito romano. Con el pragmatismo habitual en Roma, la paideia adopta una forma más realista, menos ideal, y que hace hincapié en el entronque del educando con su entorno social. La paideia ideal cambia/evoluciona6 hasta una humanitas en la que la realidad está más presente y las virtudes trasmitidas tienen un fuerte componente de socialización (pietas, constantia, gravitas, fides,...)

➌Es evidente que un cambio así exige un nuevo tipo de “profesionales” de la enseñanza, dedicados a ella en exclusiva y que además tengan claras las particularidades del nuevo modelo en cuanto a contenidos e intenciones. La manera más eficaz de conseguir rápidamente un número suficiente de personas con esos conocimientos es tomarlos de donde ya existan, y de esa manera vemos la llegada a Roma de un buen número de gramáticos y filósofos/retóricos, que van a encargarse de la educación de los hijos de las familias nobles, bien en las mismas casas familiares, bien en escuelas propias.

No hay que pensar que el proceso estuvo bien visto por toda la sociedad romana, como ya hemos comentado antes, lo que se plasmó en diferentes intentos de impedir esta docencia considerada perniciosa para el tradicional modo de vivir romano. Puede comentarse al respecto7 un senadoconsulto del año 161 a.C. y un edicto de los censores del año 92 a.C. en los que se intenta de alguna manera frenar lo que -sobre todo en el 92 a.C.- ya no tenía vuelta atrás.

Si queremos seguir la pista a los griegos que fueron a Roma a impartir sus conocimientos, debemos empezar haciendo referencia a Lucius Aemilius Paullus Macedonicus (atención al agnomen, ya que hay varias repeticiones familiares8), que tras la batalla de Pidna9 en el 168 a.C. es uno de los primeros aristócratas que llevan a Roma a diferentes maestros griegos de toda clase para la educación de sus hijos. Pero cuando se intenta seguir con más detalle esta cuestión, nos encontramos con la dificultad de que se sabe relativamente poco acerca de sus nombres y sus vidas, excepción hecha de los que cita Suetonio en su obra (ver nota 47) y los que se van citando en diferentes fuentes de manera “casual” cuando se hace referencia a la biografía de alguna familia noble.. Por ejemplo, Rodríguez Mayorgas nos lo dice así10: “ ...en líneas generales apenas sí tenemos información sobre aquellos intelectuales griegos que formaron a la juventud romana en las disciplinas básicas de la gramática y la retórica, a excepción de la obra de Suetonio De grammaticis et rhetoribus...

➎Podemos pues concretar qué personajes cita Suetonio11, pero evidentemente no tiene demasiado sentido copiar o resumir lo que nos dice en su obra, por lo que procuraremos añadir por nuestra parte sólo aquellos comentarios que nos parezcan más relevantes para la discusión que estamos desarrollando. La lista pura y dura es la siguiente:

Como gramáticos, Suetonio cita a Crates de Mallo, Servio Nicanor, Aurelio Opilio, Marco Antonio Gnifión (o Grifón), Pompilio Andrónico, Orbilio Pupilo, Ateyo Filólogo, Valerio Catón, Cornelio Epicado, Estaberio Eros, Curtio Nicias, Leneo, Quintio Cecilio Epirota, Verrio Flaco, Lucio Crasitio, Escribonio Afrodisio, Cayo Julio Higino, Cayo Meliso, Marco Pomponio Marcelo, Remio Palemón y Marco Valerio Probo.

Lo primero que podemos señalar es que no todos son griegos, ni aunque usemos la palabra “Grecia” en el sentido más amplio. Por ejemplo, Grifón era galo como Valerio Catón, Andrónico era de Siria, Higino era español, Probo era romano-fenicio,... Vemos en sus orígenes una muestra de las posesiones/mercados de Roma en este momento histórico.

Y si repasamos su condición, vemos que la mayor parte son libertos, bien de origen (hijos de liberto) o manumitidos por sus méritos. Trabajan en casa de nobles o se establecen por su cuenta (como Grifón). En algunos casos sabemos a quién sirvieron, apareciendo ante nosotros nombres bien conocidos: Grifón trabajó para Julio César y para Cicerón, Epicado para Sila, Eros para Bruto y Casio, Leneo para Pompeyo, Flaco e Higino para Augusto... no cabe duda que estamos ante personajes que formaron/conformaron el pensamiento de algunas figuras claves en la transición de la República al Imperio.

Hay que hacer notar aquí que la separación entre gramáticos y retóricos no siempre es tajante, compaginando12 algunos de ellos ambos campos de conocimiento/trabajo.

Como retóricos, Suetonio cita a Lucio Plotio Galo (recordado por Cicerón ya como retórico latino), Otacilio Pilito (que sirvió a Pompeyo “el Grande”), Epidio (que sirvió tanto a Marco Antonio como a Augusto), Sexto Clodio (que sirvió a Marco Antonio y no fue demasiado apreciado por Cicerón13) y Cayo Alberto Silo.

➏Saliéndonos ya de Suetonio, encontramos en algunas biografías referencias a otros maestros de las familias nobles. Sin ningún ánimo de una imposible exhaustividad, recogemos aquí algunos ejemplos que nos han parecido importantes:

Publio Cornelio Escipión Africano14 tiene un pedagogo griego llamado Tíndaro.

Julio César15, además del ya citado Grifón, tiene un maestro de gramática cretense llamado Apolonio Molón, también maestro de Cicerón16.

Cicerón17 se relaciona también con maestros como Fedro “el Epicúreo”, Filón “el Académico”, Diodoto “el Estoico”...

Augusto18, además de los ya citados por Suetonio, tiene como maestros a Ario Didimo19 y Atenodoro de Tarso20 (o Atenodoro Cananita)

Como un ejemplo paradigmático de síntesis (y también de contradicciones...) entre las nuevas ideas y las tradicionales de Roma, se puede citar a Publius Cornelius Scipio Aemilianus Africanus21, hijo de Lucius Aemilius Paullus Macedonicus, el vencedor en Pidna en el 168 a.C., pero adoptado por Publius Cornelius Scipio, hijo de Publius Cornelius Scipio Africanus. Escipión Emiliano lucha en Pidna bien joven con su padre, el cual le facilita maestros de todo tipo para su formación, además de tener a su disposición la biblioteca macedónica, un tipo “novedoso” de botín procedente de Pidna. Escipión Emiliano se rodea de personajes22 claves en muchos aspectos (el historiador Polibio, el filósofo Panecio, el escritor Terencio...), y vive un proceso de helenización personal y de su entorno muy acusado. Sin embargo, entre lo que lee y estudia y lo que practica no deja de haber contradicciones. En la más pura tradición militar romana-y familiar, evidentemente- destruye Cartago y más tarde, Numancia en Hispania. Es inicialmente un “moderado” opositor de los Gracos (con los que está, no obstante, emparentado), pero acaba siendo un líder de los aristócratas optimates, y aparece muerto de forma violenta, asesinado (según Cicerón) por el tribuno de la plebe Cayo Papirio Carbón, y según otras versiones, por su mujer Sempronia y su tía Cornelia.

Estas contradicciones que encontramos en Escipión Emiliano entre lo nuevo y lo tradicional son un buen reflejo del hecho que la helenización de Roma, si bien acabó por imponerse claramente, no lo hizo sin dificultades.

NOTAS:

1ESPLUGA, X. , material de la asignatura, pág. 73-77.

2ESPLUGA, X. , material de la asignatura, pág. 77-78.

3Como ejemplo notable, podríamos citar la obra de VITRUBIOLos diez libros de arquitectura”, que además de ser el único tratado de arquitectura romana que nos ha llegado completo, pone de manifiesto explícitamente la influencia griega en el tema tratado. En la obra citada en la Bibliografía, en el Libro VI (pág. 184 y ss.) el capítulo V se titula “...De oecis more graeco”, el capítulo IX se titula “De graecorum aedificiorum eorumque partium dispositione”,...

De hecho, el libro de Vitrubio es un ejemplo más de que la helenización ha impregnado fuertemente la sociedad romana, y se ha hecho necesario plasmar en latín un manual sobre un ars, un hecho no frecuente hasta este momento del final de la República.

4Puede verse un resumen aceptable en http://www.santiagoapostol.net/latin/educacion_roma.html

5Puede verse de manera más completa en PAOLI, “URBS. La vida en la Roma Antigua”, pág. 227-234. (Ver Bibliografía)

6Véase http://books.google.es/books?id=sh1HHcjw_iwC&pg=PA555, pág. 555 y ss. Parece inferirse que es Cicerón el que “formaliza” el concepto de humanitas... Es más que probable que sea muy interesante consultar el libro de CRAWFORD "Greek Intellectuals and the Roman Aristocracy in the First Century BC", citado en múltiples ocasiones en muchas referencias, pero imposible de encontrar desde donde se ecriben estas líneas.

7Pueden verse ambos textos en el material de la asignatura, ESPLUGA, pág. 78. Los explica SUETONIO en Retóricos ilustres”, I. (Ver Bibliografía , pág. 355)

8Una hermana suya, Emilia Paula (Tercia) se casó con Escipión “el Africano”. Uno de los hijos de los primeros esponsales de L. Emilio Paulo fue adoptado por Publio Cornelio Escipión (el hijo mayor de “el Africano”), llevando el nombre de Publio Cornelio Escipión Emiliano, del que volveremos a hablar...

9Un buen artículo sobre esa batalla en http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Pidna

10RODRÍGUEZ MAYORGAS, Ana, Departamento de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid, en “El descubrimiento de la teoría en Roma. Nuevas perspectivas sobre la hlenización de la República romana.” en la revista Gallaecia, nº 22, págs. 507-529, 2003 (la cita está en la página 518, y en la 515 puede verse un comentario sobre Vitrubio que amplía nuesta nota nº 43) El excelente artículo, absolutamente pertinente para nuestros propósitos, puede leerse completo en la dirección http://dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=633495

11En paralelo, lo iremos contrastando con lo que cuenta TIRABOSCHI, Girolamo, en su enciclopédica obra “Storia della letteratura italiana” Milán, 1833, Vol. 1, pág. 66 y ss., pág. 150 y ss.

Se puede consultar en la dirección http://books.google.es/books?id=BkFDAAAAYAAJ&pg=PA150

12SUETONIO, obra citada sobre los gramáticos, IV, pág. 342.

13CICERÓN, “Obras Selectas. Filípicas” (Ver Bibliografía) II, 17, pág. 141 y 142.

16http://books.google.es/books?id=hf6upnrGO8kC&pg=PA8, en la Introducción de sus “Cartas a Atico”

19http://books.google.es/books?id=tjmGeoauArEC&pg=PA45 en el “Diccionario Akal de filosofía política

22http://enciclopedia.us.es/index.php/Polibio , http://es.wikipedia.org/wiki/Panecio_de_Rodas . Sobre Terencio puede verse en el libro de SUETONIO citado en la Bibliografía la breve “Vida de Terencio”, pág. 361-365.