4.Julio César, la bisagra entre la República y el Imperio.

En el capítulo 1º de este trabajo (1.Introducción: la República romana) se ha hecho ya una contextualización general del proceso evolutivo de la República. En particular, en su apartado ➌ se hizo una descripción de los hechos y figuras básicos a lo largo del Siglo I a.C. , desde los Gracos hasta Octavio. No repetiremos aquí, por tanto, lo ya explicado anteriormente, pero dado que se nos propone estudiar un aspecto de la figura de Julio César, añadiremos algunos detalles que nos parecen importantes para enmarcar lo que seguirá.

➊Como ya se comentó, la crisis del Siglo I a.C. es una crisis global, de sistema más que de coyuntura. Sus causas forman un trípode apoyado en tres patas1: los profundos cambios económicos (la expansión debida a las conquistas impone muchas realidades en este campo, no todas convenientes), la gran polarización de los intereses de clase (que podemos ejemplificar con la lucha entre optimates y populares y un gran cambio en la mentalidad política (en la que las ambiciones individualidades empiezan a primar sobre el concepto tradicional de servicio a la comunidad)

En este último orden de cosas es donde hemos visto surgir las luchas entre Mario y Sila, y posteriormente entre César y Pompeyo. Vemos aquí que en gran medida, la guerra civil entre los partidarios de César y los de Pompeyo no es más que una continuación de la anterior entre Mario y Sila. De hecho, hay incluso implicado un factor de tipo personal, ya que César es sobrino de Cayo Mario y Pompeyo había sido partidario de Sila. Por tanto, la figura de César no surge “de la nada” sino que es la extensión y el epítome de todo el proceso de pérdida efectiva del poder por parte de las instituciones republicanas.

Sin que podamos entrar en el detalle de la gran figura de Julio César, uno de esos personajes sin los cuales la Historia (con mayúscula) no hubiese sido ni mucho menos la misma, sí que hay que hacer algunas referencias para contextualizar adecuadamente el entorno en el que nos movemos, el segundo tercio del Siglo I a.C.

Una de las cosas que más llama la atención en el comportamiento de César en su “ascensión” al poder es la ambivalencia2 ética que puso en juego para ello.

Efectivamente, por un lado era consciente de que si quería conseguir una cierta estabilidad política tras su previsible victoria, tenía que ser magnánimo con sus adversarios, que no dejaban de ser compatriotas suyos. Tenemos variadas muestras de esta “piedad” de César con sus enemigos, y podemos poner como ejemplo de ello su actitud en la batalla de Farsalia3, con la que accedió definitivamente al poder al derrotar y hacer huir a Pompeyo. Con unos 8.000 jinetes y más de 100.000 soldados de a pie implicados, las pérdidas humanas se mantuvieron en un nivel inusitadamente bajo, ya que el objetivo de César no fue la aniquilación física del adversario, sino el conseguir rápida y eficazmente el control del poder. Así, su táctica en la batalla de Farsalia no fue la de destrucción por la destrucción, sino que dio instrucciones para aceptar la rendición inmediata de cuantos adversarios quisieran cesar en la lucha. Por descontado, no nos hallamos ante una actitud “altruista” por parte de César, pero sí ante el reconocimiento de que su actitud ante la guerra civil en la que estaba implicado no era la de destruir ni humillar a sus adversarios vencidos, dado que luego los iba a necesitar sin duda alguna. Del mismo modo, ya en la “vida civil” si ello puede decirse de esta época, César perdona al mismísimo Cicerón, que después de la batalla de Farsalia vuelve a instalarse definitivamente en Roma hasta que es muerto por Marco Antonio, algo más de un año después de la muerte de César.

Pero por otro lado, hay que reconocer también que César no dejó de usar cuantos métodos estuvieron a su alcance tanto para conseguir el poder como para luego mantenerse en él, legitimándolo de alguna manera. Empezando por lo más grande, podemos comentar el uso que hizo César (y Pompeyo, por supuesto) de las reformas urbanísticas y monumentales de Roma para ganarse el favor de sus ciudadanos. También la estatuaria romana, muy centrada en el retrato, es utilizada como método de difusión y conocimiento de la personalidad de los personajes públicos, y César no fue una excepción. Y no tuvo tampoco reparos en hacer referencias a su “antepasado” Eneas, o a los más cercanos y tangibles Mario y Cenna, o en escribir unas obras como Los Comentarios (de la Guerra de las Galias y de la Guerra Civil) en las que no es difícil encontrar elementos de alabanza de sí mismo, de sus conocimientos militares, de su trato a los vencidos,... En las ocasiones en las que organizó juegos de diferentes tipos lo hizo sin reparar en gastos, con la intención evidente de ganarse el favor del pueblo. Y para ganarse a otras personas, utilizó sin reparos de ningún tipo la estrategia matrimonial que le convino (su hija, el propio César...)

Y así llegamos hasta “lo más pequeño”: una vez César pudo hacerlo, hizo acuñar moneda con su imagen, como medio de propaganda, lo cual no era una novedad en sentido estricto, aunque si lo era por la representación de un personaje aún vivo. Es muy cierto que la moneda republicana4 se había mantenido hasta principios del Siglo II a.C. con una tipología muy estándar, incluso de diseño centralizado y fijo durante el Siglo III a.C. (la moneda básica de bronce, el As, lleva una cabeza de una divinidad, variable según el valor de la pieza, y en el reverso la proa de una nave) Durante las Guerras Púnicas se ve la necesidad de crear una moneda de más valor, con el fin de minimizar el transporte de dinero para el ejército, y se crea el denarius, que será la base del sistema monetario romano posterior. Inicialmente, esos denarios siguen la costumbre republicana5 en cuanto a la tipología, y así presentan todos en el anverso la cabeza de Roma con el signo “X” (de diez, denis asinum) y en el reverso se representa a Cástor y Pólux cabalgando. Pero al principio del Siglo II a.C. la tipología de la moneda cambia, diversificándose. Los tresviri monetales6, responsables de la acuñación, empiezan poniendo su nombre en las monedas para darse a conocer y facilitar así su ingreso en el cursus honorum. Ello abre el camino para que la moneda se convierta en una manera de ensalzar a familias romanas importantes, y poco a poco las monedas se convierten en una magnífica fuente de información para nosotros sobre cómo se veían a sí mismas esas familias y qué relación querían mantener con la historia de Roma haciendo referencias diversas a sus antepasados, míticos y/o reales. La novedad7 introducida por Julio César es la representación de personajes “vivos”, él evidentemente, la cual cosa no se había hecho antes en las monedas republicanas de Roma, en contraposición con la numismática helenística. Ni que decir tiene que esa novedad fue adoptada de inmediato por el poder imperial, y así ha llegado hasta nuestros días.

➌Respecto a las monedas acuñadas en este momento histórico, se propone en este trabajo el comentario sobre cuatro de ellas, que identificaremos desde ahora con las siglas M1, M2, M3 y M4 para mayor agilidad. Primero se dirá cuanto de común se reconozca en ellas, pasando luego al detalle de cada una.

La cuatro monedas en cuestión son denarios de plata, con el peso cercano a los 3,98 gramos (en M4 no consta el peso, pero en una fuente9 se ha encontrado el valor de 3,72 gr en uno de los que se conservan de este tipo) Excepto la primera, en la que aparece la cabeza de la diosa Ceres, las otras tres llevan en el anverso la cabeza de un personaje histórico vivo, al menos en el momento de la acuñación (dos de César y una de Bruto) Los reversos se usan para hacer pedagogía y/o propaganda, haciendo referencia más o menos explícita a algunas de las funciones/intereses de los personajes a los que aluden. Todas las caras de las monedas llevan algún tipo de inscripción, no hay ninguna anepígrafa.

Las fechas de acuñación son muy similares: 46 a.C., 44 a.C., 44 a.C. y 43/42 a.C. Las tres primeras se han puesto en circulación pues antes, incluso justo antes, de la muerte de César (p. ej. las dos del año 44 a.C. se datan en los meses de febrero/marzo, inmediatamente antes de los Idus de marzo. Se han acuñado pues en pleno apogeo de Julio César, tras la batalla de Farsalia en el 48 a.C. La última moneda es posterior a la muerte de César, y fue hecha acuñar por Bruto, uno de los asesinos de César.

Respecto a esta cuestión de la datación de las monedas, hay que señalar que las mandadas acuñar por César (todas menos M4) no son sus primeras monedas. Ya en el año 49 a.C. se encuentran denarios de César, muy posiblemente fabricados en alguna ceca móvil en las Galias10.

 

Por ejemplo, se dice que éste podría ser el primer denario con el nombre de César, aún sin su imagen. Datado en el 49/48 a.C., se cree que fue acuñado en una ceca móvil, quizás de las Galias, quizás de Hispania... No tiene la imagen de César (a diferencia de M3 y M4) pero tiene un elefante, animal que los cartagineses llamaban “caesar”, así que el mensaje de que César aplastaría a sus enemigos es bastante evidente.

La cuestión de la ceca donde se han acuñado las monedas es compleja, y no siempre se tienen datos ciertos. Sobre M1 se nos dice que se acuñó en una ceca africana o hispánica, y en alguna página11 se dice que se acuñó en África. M2 lleva la inscripción de Marcus Mettivs, responsable de la ceca, y en las descripciones de las monedas de este monetalis de César se dice12 que se acuñaron en Roma, por lo que cabe suponer que este es el origen también de M2. En M3 vemos el nombre de Publivs Sepvllivs Macer, otro monetalis de César, y en las páginas referenciadas anteriormente se dice que sus monedas se acuñaron en Roma. Por último, el famoso13 denario de Bruto es más que probable que se acuñara, como otras14 monedas de Bruto, en el norte de Grecia (Macedonia), en una ceca móvil.

➍Para ir acabando ya este trabajo15, pasaremos a comentar una por una cada moneda propuesta, procurando evitar -en la medida de lo posible- repetir lo que se haya dicho de ellas, tanto en la información suministrada por el consultor como por lo comentado anteriormente en este trabajo

La primera moneda16 presenta en el anverso la cabeza de Ceres, la griega Démeter, diosa de la agricultura, de la fertilidad de la tierra. Vemos espigas de cereal en el pelo, símbolo de la abundancia, quizás una alegoría de la entrega de trigo a los plebeyos en épocas de escasez. Junto con la diosa, los títulos de César -cónsul y dictador- en el momento de la acuñación.

En el reverso se especifican dos de las funciones religioso/políticas de César. El Pontifex maximvs era el más alto de los sacerdotes de la religión romana, cargo que no se abrió a los plebeyos hasta el año 254 a.C. En las primeras etapas de la República, sus funciones eran religiosas sin más, pero poco a poco fue tomando carácter político, que culminó con Augusto, a partir del cual se asoció siempre con la figura del emperador. El augur, “adivino” también fue un cargo reservado a los patricios hasta la Ley Ogulnia, en el 300 a.C. La práctica de la adivinación, quizás una herencia etrusca, no era, como nos puede parecer ahora a nosotros, una actividad mágica y sin importancia, ya que un mal augurio podía invalidar muchos de las actuaciones políticas de las Asambleas y de los magistrados.

En el reverso también vemos cuatro objetos relacionados con el culto religioso: el culullus, cáliz/copa de barro, en forma de cuerno, que usaban los pontífices y las vestales en los sacrificios (¿derivado quizás de un rython?) ; el aspergillum, un derivado “tecnológico” de la antigua y sencilla rama de olivo usada para rociar líquidos en algunos momentos rituales; el urceus, una jarra con pie y asa, otro emblema de los pontífices; el lituus, báculo de apoyo, que hoy usan los obispos católicos, una herencia de Roma... como también son algunos de estos objetos herencias etruscas, dada la influencia que tuvo la religión de Etruria en la romana.

Y por último, vemos en el reverso una letra “D”, a la derecha del lituus. Y en otras monedas del mismo estilo, en vez de una “D” puede verse una “M”. Dichas letras corresponden a las iniciales de donativum y de munus. Sus traducciones literales podrían ser “donativo” y “regalo”, pero en el contexto monetario significan entregas de dinero a los soldados (en el caso de la “D”) y al pueblo (en el caso de la “M”) Para los regalos al pueblo se usó también la palabra congiarium, y así podemos leer17Congiarium populo dedit, militibus donativum addidit” A la larga, tanto donativum como munus serán reemplazadas por liberalitas, palabra que aparecerá más o menos abreviada a partir de las monedas de Marco Aurelio. Ni que decir tiene que ambas palabras han llegado hasta nosotros (donativo, munificencia, liberalidad) aunque sin las connotaciones militares originales.

En la segunda moneda podemos ver ya la imagen de la cabeza de César coronada con laurel. Desde Farsalia han pasado cuatro años, y César no alude a su condición de cónsul o de dictador, sino que se declara imperator (evidentemente, no el mismo sentido “estricto” en que pudiera declararse Augusto posteriormente, pero es todo un síntoma...)

En el reverso vemos que se trata de uno de los diferentes tipos de denario acuñado por uno de los monederos de César, Marcus Mettivs, y en él aparece como figura principal una Venus “victoriosa” (uno de los muchos epítetos de Venus) -recordemos que era la madre de Eneas, antepasado mítico de César, quién, como toda la gens Julia, adoptó a Venus como protectora-. Venus sostiene en una mano una “Victoria alada”, símbolo del triunfo, como la diosa griega asociada Niké (una de las más famosas representaciones de la Victoria es la de Samos18, hoy situada en lo alto de una de las escaleras principales de acceso al Museo del Louvre) En la otra mano, Venus sostiene una lanza, ya que es una Afrodita “armada”. A los pies, a la derecha de la moneda, reposa un escudo19, sobre lo que parece ser20 un globo terráqueo, un símbolo del poder de César.

En el reverso también vemos una letra “A”, que en la referencia de la nota anterior se dice que no es más que un control de la emisión, usándose las letras entre la “A” y la “E” y entre la “G” y la “L”.

Cuando llegamos a la tercera moneda, vemos en su anverso que César ya no se anda con tapujos. Si en la primera moneda no puso su imagen y aludió a su consulado, su dictadura y sus funciones rituales, si en la segunda moneda puso su imagen y se denominó imperator, en esta tercera se declara “dictador perpetuo”. Es evidente que la palabra clave es la de “perpetuo”, que nunca se había asociado con la de “dictador”. Es una declaración de intenciones en toda regla, y por ello en algunas referencias se dice21 de este denario que es “la moneda que mató a César”, desencadenando la decisión de su asesinato; se encuentran múltiples variantes22 de esta moneda, por lo que cabe suponer que se difundió lo suficiente como para justificar esa afirmación.

El reverso no es esencialmente diferente al de M2. Se ha cambiado el monedero, que ahora es Publivs Sepvllivs Macer, y Venus no sostiene una lanza sino un cetro, símbolo de poder, que se apoya en el suelo sobre una estrella. Sobre el papel de Venus en las monedas romanas puede verse un interesantísimo artículo en la referencia al pie de página23.

La estrella en la que apoya el cetro puede ser simplemente un “refuerzo” de la divinidad de Venus, o puede ser una referencia al planeta que lleva su nombre, “estrella de la tarde” (una de las etimologías propuestas para Afrodita la hace derivar de “la que viene por la noche”). Como en muchas de las monedas vistas con este reverso aparece en el anverso una estrella al lado de la cabeza de César, puede pensarse que esa segunda interpretación es correcta, y la estrella no es más que una alegoría de la protección que Venus ejerce sobre César y toda la gens Julia.

La cuarta y última moneda ya no es de César, aunque hable de él de manera indirecta. Se nos dice que está acuñada por Marcus Junius Brutus, y ya hemos comentado que se hizo24 en Macedonia, entre uno y dos años después de la muerte de César. En algunas monedas semejantes25 se ve mejor la inscripción de la izquierda de la cabeza de Brutus en el anverso, diciendo “L. PLAET. CEST.” , que corresponde a Lucius Platorius Cestianus, (de la gens Plaetoria, una familia plebeya con raíces sabinas) , un cuestor/procuestor (en alguna referencia, legatus) de Brutus en el momento que nos ocupa.

En el reverso de este famosísimo denario se hace mención de la fecha del asesinato de César, en los Idus de marzo, y la imagen de dos puñales a los lados de un pileus simboliza, evidentemente, el intento de justificación de Brutus: con el asesinato de César se ha devuelto a Roma la libertad, queriendo así legitimar el asesinato político como una necesidad patriótica. (Hay que tener presente que los esclavos llevaban el pelo largo y suelto, y cuando recibían la libertad se lo cortaban y empezaban a usar esa especie de gorro o bonete llamado pileus26)

Lo que más llama la atención en esta moneda no es su uso “exculpatorio”, por importante que sea, sino más bien la contradicción intrínseca que supone con las ideas -teóricas, al menos- de su acuñador. En efecto, Brutus ha participado en el asesinato de César por estar en desacuerdo con la asunción del poder absoluto y perpetuo por parte de este. Pero resulta que al acuñar esta moneda hace inscribir “Brutus, emperador”. Podemos aceptar que la palabra “emperador” tenga exclusivamente un sentido militar, y no sea la manera de decir que también quería el poder completo, pero desde luego no es la mejor inscripción que podía hacerse en el momento. Y además, Brutus en esta moneda pone en el anverso su propia cabeza, continuando así la iniciativa de César. Ambas cuestiones nos llevan a pensar si Brutus estaba tan lejos de César como teóricamente pretendía...

 

NOTAS:

1ESPLUGA, X., material de la asignatura, pág. 90-92.

2ESPLUGA, X., material de la asignatura, pág. 98-101.

3En http://www.historialago.com/leg_01250_tactica_farsalia_01.htm puede verse una buena descripción de los hechos acaecidos en esa corta, pero fundamental, batalla.

4DE FRANCISCO OLMOS, José María, “Las monedas genealógicas. El uso de la tipología monetaria como medio de propaganda dinástica en el Mediterráneo. SS. II a.C. - XV d.C.”, pág.105, consultable parcialmente en http://books.google.es/books?id=e3F1hDFZA78C&pg=PA105

5DE FRANCISCO OLMOS, J.M., ṕág. 106.

6DE FRANCISCO OLMOS, J.M., pág. 107. En otras páginas se habla de cuatro en vez de tres, IIIIviri, por ejemplo en esta, http://en.wikipedia.org/wiki/Marcus_Mettius en la que aparecen los nombres de los cuatro monetalis de Julio César. Después de César, volvieron a ser tres. El nombre completo sería “tresviri aere argento auro flando feriundo”, más abreviadamente “tresviri monetales”, o “triumviri monetales”, en singular “triumvir monetalis” que puede verse simplemente como “monetalis”, y que en castellano puede traducirse por “monedero”. No hay que confundir este alto cargo, sólo por debajo de los cuestores, con el de los trabajadores que realizaban la acuñación, los monetarii. Ver http://en.wikipedia.org/wiki/Moneyer#cite_ref-0, donde además hay una lista cronológica de todos los monederos romanos.

7VÁZQUEZ HOYOS, Ana María, UNED, “El sistema monetario uncial romano”, consultable en http://www.uned.es/geo-1-historia-antigua-universal/ROMA/sistema_monetario_uncial_roma.htm

8Ese peso de 3,9 gr era el oficial del denario, al menos hasta la devaluación/depreciación de Nerón en el 64 d.C. Correspondía a la relación de 84 denarios por cada libra romana de 327,45 gr. Puede verse en la dirección http://www.denarios.org/anexes/metrologia.html dentro de la excelente página dedicada en exclusiva al denario, http://www.denarios.org

9http://www.wildwinds.com/coins/imp/brutus/RSC_0015.3.txt , donde se lee casi al final: “ Weight: 3.72g

10Información e imagen extraída de http://www.tesorillo.com/preimperio/julio_cesar/julio_cesar.htm, moneda nº 1.

11http://www.cgb.fr/flip/r26/pageflip.html , pág 68, moneda nº 228526. (Una página muy buena de contenido, pero con un sistema de mostrar las monedas excesivamente lento y farragoso)

12Véase http://www.accla.org/actaaccla/juliuscaesar.html con una enumeración/descripción completa de los diferentes tipos de denarios acuñados por cada monetalis de Julio César.

13Parece mucho que la imagen corresponde a la variante que se muestra a continuación, aunque no es fácil precisarlo sin un acceso mejor a la moneda: http://www.acsearch.info/record.html?id=24638

En la misma página pueden verse (algunas) de las demás variantes de este denario, incluída la de la nota siguiente:

http://www.acsearch.info/search.html?search=similar%3A4055

14La misma moneda, pero en oro: http://www.acsearch.info/record.html?id=4055; se dice que sólo se conocen dos áureos como este.

15Leído, por casualidad, en Cicerón: “Iucundi acti labores”, en “De finibus”, 2, 105; puede verse en http://www.thelatinlibrary.com/cicero/fin2.shtml#105

16Tiene muchas variantes, como puede verse en esta búsqueda en un conocido catálogo: http://www.acsearch.info/search.html?search=similar%3A273930

Por múltiples detalles (el rizo en ángulo recto en la mejilla de Ceres, la abertura del urceus , la terminación de la espiral del lituus...) pudiera ser esta la moneda en concreto:

http://www.acsearch.info/record.html?id=273930

17KOLB, Traite Elementaire, vol. i. p. 248., citado en http://www.forumancientcoins.com/numiswiki/view.asp?key=Congiarium

Ver también http://books.google.es/books?id=R9X_p-fTYAcC&pg=PA67 para los matices entre ambos conceptos.

20Sear, David R., “The History and Coinage of the Roman Imperators 49-27 BC”, London: Spink, 1988, pág 72, citado en http://www.accla.org/actaaccla/juliuscaesar.html, nota 14. En la imagen suministrada en el enunciado no se aprecia bien ese globo debajo del escudo, pero en las imágenes de monedas semejantes puede verse con claridad. Aquí se presentan unos cuantos ejemplos: http://www.acsearch.info/search.html?search=similar%3A36952&view_mode=1#0

21Aunque no sea la versión exacta de la moneda estudiada, puede verse lo que se dice de ella en la dirección http://www.forumancientcoins.com/catalog/roman-and-greek-coins.asp?vpar=18&zpg=48331

24En alguna referencia se alude a Dión Casio, 47.25.3, que menciona el hecho de esta acuñación. Efectivamente, en la dirección http://remacle.org/bloodwolf/historiens/Dion/livre47.htm puede leerse que “Tels furent les exploits de Brutus; de plus, il frappa des monnaies sur lesquelles il fit graver un pileum et deux poignards, pour montrer, par cette image aussi bien que par l'inscription, qu'il avait, de concert avec Cassius, affranchi sa patrie.”

26¿Inspirado o no en el gorro frigio? Véase el muy interesante artículo titulado “¿ES EL GORRO FRIGIO EL VERDADERO GORRO HISTÓRICO LIBERTARIO? Historia de una equivocación iconográfica. ” de BAGI, Elena, en la dirección http://www.aphu.edu.uy/archivos/documento/19.pdf Como siempre, puede también leerse algo al respecto en TITO LIVIO, “Ab Urbe Condita”, L. XXIV, 16, líneas del final: “...pilleati aut lana alba uelatis capitibus uolones epulati sunt...” Verlo p. ej. aquí: http://www.thelatinlibrary.com/livy/liv.24.shtml